Muchas veces es necesario encontrar una solución a la condensación en un techo de chapa, para así evitar goteras y desperfectos; ya que, aunque existen muchos materiales, como este último, que se pueden utilizar en la construcción de todo tipo de techos, ninguno de ellos es perfecto, por lo que con el tiempo se pueden observar ciertos inconvenientes debido al ambiente y la humedad, que dan como consecuencia el problema de condensación.

Debido a ser la parte más expuesta de la infraestructura, el techo suele estar sometido a gran humedad, sol, y lluvia, así como otras inclemencias del clima. Aunque se suelen construir de manera que resistan en agua, a veces debemos encontrar solución a la condensación en un techo de chapa, debido a que el clima frío causa transpiración en los materiales, lo que ocasiona la condensación a través de los mismos, finalizando en gotas de agua que caen dentro.

¿Cómo lo soluciono?

La superficie debe estar limpia y seca. Si es chapa de fibrocemento, limpiar con solución de cloro al 30% para eliminar el verdín y enjuagar. Si es chapa metálica, limpiar con cepillo o espátula y remover todo el material descascarado, semidesprendido o escamas de óxido, limpiar con desoxidante fosfatizante, enjuagar, colocar convertidor de óxido en las zonas afectadas. Aplicar en estos casos pintura anticondensante en las manos necesaria hasta completar el rendimiento final indicado por el fabricante. Esta pintura es un revestimiento plástico que se aplica del lado interno del techo y debe realizarse en primavera/verano, ya que si se coloca en la época del año donde se produce condensación, el producto goteará perjudicando lo que se encuentre debajo.

Está especialmente formulada para absorber la condensación temporaria de humedad que produce goteos en los tinglados de chapas o canalones, tanto metálicos como de fibrocemento. Al aplicarla forma una película que retiene al agua de condensación el tiempo suficiente para que durante el día se evapore, al elevarse la temperatura de la chapa por efecto del sol y por medio de la ventilación de los ambientes.

La importancia de la aislación

Si tus techos de chapa no están aislados, el verano los puede convertir en un verdadero horno y el invierno, en una heladera. ¡Vas a gastar una fortuna en calefacción y aire acondicionado! Además, pueden hacer que nuestros ambientes sean muy ruidosos, e incluso hasta el ruido provocado por la lluvia puede convertirse en un problema tan molesto que, en algunos casos, impiden mantener conversaciones y escuchar la radio o el televisor. Por ello, la aislación es un paso fundamental. ¡Te contamos cuáles son las alternativas que existen y la manera más adecuada de instalarlas!

Generalmente se suelen utilizar diferentes formas y elementos para aislar los techos de chapa: espuma de polietileno, burbujas, lana de vidrio o poliuretano expandido.

Espuma de polietileno

Las placas de espuma son una buena alternativa para aislar tu techo de chapa. Tené en cuenta que, si elegís una placa aluminizada, la parte del aluminio debe ir del lado de la fuente de calor, es decir, contra la chapa. A la aislación de las burbujas de aire, se agrega el efecto del aluminio para la reflexión del calor que atraviesa la cubierta de chapas. El aluminio se encarga de reflejar hacia arriba gran parte del calor entrante. La espuma de polietileno aislará por masa el resto del calor.

Burbuja

Al igual que en el caso de la espuma, la parte aluminizada de la placa debe ir del lado de la fuente de calor.

Lana de vidrio

Con la lana de vidrio es diferente: la parte metalizada debe ir del lado de abajo y no contra la chapa. De esta forma, el calor queda condensado entre la lana de vidrio y el techo. El aire atrapado entre las fibras aumenta su resistencia al paso del calor transformándose en un excelente aislante térmico y acústico. Asegurate de acomodar las placas de manera cómoda, para que la lana de vidrio no se apelmace y quede comprimida, ya que pierde su capacidad aislante y no cumple su función. Además, si las placas no recubren por completo la superficie del techo o quedan recovecos sin proteger, te sugerimos que cortes pedazos y los coloques de manera que toda la superficie esté protegida.

Poliuretano expandido

El poliuretano expandido o espuma de poliuretano es un polímero de amplia utilización en muchas industrias. Provee una excelente aislación térmica para techos y muros. En la construcción es el producto con mayor poder aislante para techo que se conoce. En obras, y específicamente como aislante térmico para techos, se utiliza en forma de spray. También ayuda a evitar filtraciones de humedad (aislación hidrófuga), en cubiertas tanto nuevas como existentes. Se adhiere sobre cualquier superficie, sin necesidad de pegamentos o sistemas de sujeción. Se seca al instante y sella toda la cubierta haciéndola impermeable. Desde este punto de vista cumple una función muy importante. Su colocación es muy habitual sobre techos de chapa. Su excelente adherencia le transmite al techo una gran rigidez estructural, aún sobre superficies que no se encuentren en muy buen estado. De esta manera reducen enormemente las dilataciones y contracciones propias de un metal (chapa), alargando su vida útil.

La cámara de aire es clave. En todos los casos, es muy importante que dejes una cámara de aire entre el cielorraso y el techo de chapa para lograr el máximo de efectividad. El aislante debe ser algo que trabaje de forma independiente, tanto del techo como del cielorraso o del machimbre.

Fijación: tornillos autoperforantes

Aunque muchas personas acostumbran utilizar clavos con cabeza de plomo, ¡esto es un error! No es el método adecuado para aislar tus techos, ya que, con el tiempo y las vibraciones, el clavo pierde el plomo y da lugar a filtraciones y goteos. Lo que más te conviene para fijar tu techo es usar tornillos autoperforantes. Estos trabajan con una arandela de goma que impide que el agua entre, aunque haya viento y lluvias fuertes. Es aconsejable que uses este tipo de tornillos, tanto para madera como para metal, y prevengas problemas de goteras y filtraciones.

Membrana

Colocá un soporte debajo de la membrana para evitar que se produzca una bolsa o panza hacia abajo. La malla debe estar siempre rígida. Para ello, te aconsejamos que utilices mallas de plástico entre los tirantes metálicos o una red de plástico, luego la membrana, y por último colocar la chapa.

¡Y listo! Siguiendo estos tips podés dedicarte a disfrutar de tu ambiente con un techo súper aislado, resistente y efectivo por más tiempo.