Llega el calor y con él nuestras ganas de tener una pileta en casa. Quienes tienen un parque o un patio de dimensiones generosas pueden pensar en poner una piscina. Pero tener una pileta nueva en casa no solo consiste en hacer un gran pozo para ubicar dentro la estructura. Al planificar la obra hay que considerar los materiales, la mano de obra y también los costos adicionales que va a haber que afrontar. Con mayor o menor protagonismo, son en sí mismas un tema a considerar.

Materiales

Se pueden hacer de hormigón o elegirlas de fibra de vidrio. Estas últimas, vienen en una variedad de diseños que permiten incorporar todos los accesorios de las construidas de manera tradicional y se pueden terminar en poco tiempo. Con cualquiera de los materiales mencionados hay ventajas y desventajas, a continuación te contamos algunas de los más comunes para la construcción de piletas:

Fibra de vidrio y resina: Es el material plástico más común en piletas. Son de las más fáciles de instalar, económicas, resistentes y su instalación demora muy pocos días. Sin embargo, no existe mucha variedad en cuanto a las medidas de las mismas, es decir, que existen en tamaños de piletas promedio. Presentan alguna dificultad para el traslado, y su durabilidad depende de una buena colocación.

Hormigón: Vienen en tamaños y diseños ilimitados, para aquellos que buscan un diseño menos convencional. Algunas de las desventajas es que debido a que son diseños u obras más específicas, el precio de la construcción suele ser más elevado y requiere un poco más de tiempo. Sin embargo, son siempre una buena inversión a largo plazo.

Si contás con un espacio reducido o mediano, las piletas pequeñas prefabricadas son la mejor opción, y te ahorran mucho tiempo y dinero. En cuanto al tiempo, la construcción de una piscina tradicional puede demandar entre uno y dos meses, dependiendo de varios factores (tamaño y especificaciones). Además hay que tener en cuenta que construir una pileta de material implica un costo elevado, además del tema impositivo y el mantenimiento durante todo el año, aún en épocas donde no se utiliza. Por eso en algunos casos se sugiere el uso de piletas inflables o de lona que se pueden guardar durante el invierno. Esto permite aprovechar el jardín en su integridad y evitar tareas de mantenimiento.

Medidas y diseño

La tendencia es que las piscinas sean más largas y angostas, de esta forma se logra un uso más dinámico. Además del tamaño, los tipos de piletas están basadas principalmente en el diseño y material de la misma, entre las más comunes están las piletas rectangulares, redondas y en L. Además de una superficie para tomar sol, las nuevas piletas tiene una “playita” o solado húmedo, un sector de la pileta con poca profundidad, de unos 10 a 20 cm de agua donde se pueden poner reposeras o sillones dentro del agua y también un lugar apto para que los niños pequeños pueden jugar (siempre al cuidado de los padres). El diseño puede incluir cascadas, bordes infinitos (o desbordes finlandeses) que crean la ilusión óptica de no tener fin.

Pintura y revestimiento

Hay pinturas especiales para piletas, ya que poseen una óptima resistencia al agua, brindando una excelente protección y duración. Podés encontrar muchos colores disponibles, no sólo blanco o celeste. Incluso se puede elegir y realizar el color que quieras. Eso sí, requiere mantenimiento y repintado al cabo de un tiempo. Otra opción es aplicar un revestimiento tipo venecitas. 

En cuanto a los bordes, las opciones son siempre atérmicas y antideslizantes. Las baldosas o losetas atérmicas son las que más se eligen y, llegado el momento en que se empiezan a deteriorar existe un producto que las restaura, renueva y protege. 

En los bordes también se pueden disponer decks atérmicos de “eco madera”, A diferencia de la madera natural, la «madera plástica», no se astilla, no se quiebra, no la afecta la humedad, hongos o insectos. Estas características le otorgan una mayor durabilidad y menos mantenimiento, logrando así, un ahorro considerable de dinero y tiempo. 

También existen listones de cemento en los que se pinta la veta de la madera, que no es atérmico pero levanta menos temperatura que la madera.

Mantenimiento

Las piletas llevan obviamente muchos litros de agua, por eso hay que tratar de conservarla el mayor tiempo posible en buenas condiciones. Esto se logra con un filtrado periódico y el uso de barrefondo. También hay que agregar periódicamente cloro, clarificador y un fungicida. Hay alternativas no químicas para mantener la calidad del agua y la limpieza de la pileta. Los ionizadores y purificadores pueden ser solares o electrónicos. Otro detalle importante a tener en cuenta son los cobertores, de ser posible hay que cubrirla con una lona protectora, para evitar el ingreso de tierra, ramas u otros elementos que enturbian el agua.

Accesorios

  • Hidromasajes y jacuzzis.
  • Bancos y mesas tipo bar.
  • Trampolines
  • Iluminación con leds de colores. Son seguros porque operan a muy bajo voltaje y duran mucho tiempo. 
  • Climatización: puede ser solar, a gas o incluso eléctrica.
  • Cercos de protección.

Con todos estos datos, lo único que faltaría aclarar son las recomendaciones o claves para tener en cuenta con respecto a la orientación:

  • El sol como protagonista del patio
  • Las visuales de la casa
  • Y la funcionalidad de ella en el jardín

Y ahora si, sólo queda que te decidas a disfrutar tu pileta cuanto antes.