¿Conocés los beneficios que tiene la meditación? ¿Sabés qué necesitás para crear el espacio perfecto para practicarla en casa? Ya sea que medites, o si solo querés un espacio para relajarte, ¡esto te interesa!

Esta práctica ancestral se está extendiendo por el mundo moderno. Con un poco de entrenamiento, la meditación te puede ayudar a ser más inteligente, feliz y saludable. Aunque en realidad no se necesita mucho para empezar, si acondicionás o destinás un rincón especial te resultará mucho más fácil concentrarte y lograr una práctica de meditación favorable. Sus beneficios son muchos:

-Mayor capacidad de atención y concentración

-Aumenta la memoria

-Reduce el estrés y la ansiedad

-Mejora el sueño

-Frena el envejecimiento mental

-Reduce el riesgo de depresión

-Mejora el funcionamiento cardiovascular

-Fortalece el sistema inmunológico

-Ayuda a aliviar el dolor

El lugar adecuado

El dormitorio o una sala de estar tranquila son lugares perfectos para meditar. Evitá zonas de paso o muy transitadas. Una habitación alejada de las zonas más utilizadas sería lo ideal. Un espacio en el que te asegures de que podés estar solo, sin ruidos especialmente estridentes que te puedan alterar. Debes asociar esta zona de tu hogar con la quietud: allí pasarás un tiempo especial para vos. Cuando el clima lo permite, salí a la terraza o jardín. En este caso, debes tener en cuenta que no te moleste el sol directo y que estés resguardado de insectos para que te puedas concentrar en lo realmente importante. Los elementos relacionados con la naturaleza influyen positivamente en la meditación. Si estás al aire libre, esa conexión será mayor.

Evitá los aparatos electrónicos

Siempre que sea posible es mejor ubicar el rincón para meditar lejos de aparatos electrónicos ya que interfieren negativamente en la relajación cuando están encendidos por los campos electromagnéticos que generan. Salvo el altavoz por el que recibir el sonido de una meditación guiada, el rincón que crees debe ser lo más natural y zen posible. Evitá aparatos tecnológicos y ondas. Con la práctica llegarás a meditar solo sin guía. Si tienen que estar, usalos a tu favor, poné de fondo sonidos de la naturaleza o de cuencos tibetanos y mantras, son sonidos sanadores que afectan positivamente a las glándulas, al cerebro y aportan salud mental y física.

Limpieza y Orden

Es necesario que el rincón de meditación esté limpio y ordenado, explican los expertos de yoga. Así que elegí una zona despejada y donde no haya objetos ni elementos de por medio. Esto te dará calma y paz. Al igual que no debés llegar alterado a la práctica de la meditación, ni corriendo, el espacio tiene que estar bien organizado. Para esto recurrí a una caja o canasto en el que puedas guardar todo lo que necesites para ambientar el espacio si no es un lugar fijo.

Los colores y la decoración en las paredes

Los colores deben ser suaves porque invitan a la calma. El mejor es el blanco, relajante y representativo de la pureza. Y en cuanto a las paredes, decoralas con imágenes u objetos que te den paz interior, que te ayuden a conectar con la calma. ¿Te relaja el mar? Colgá cuadros con fotos de paisajes marítimos.

¡Elementos que sí!

Para meditar necesitás estar sentado en una postura cómoda. Lo ideal es disponer de un zafú o almohadón específico que te permita sentar y mantener la espalda erguida (sin forzar). En su defecto, puedes recurrir a almohadones en el suelo redondos, cuadrados o rectangulares y colchonetas o esterillas para cubrir la zona. Tené a mano un par de mantas para cubrirte y que tu cuerpo no se quede frío mientras meditás.

Las flores y los mandalas te pueden inspirar. También podés colocar un pequeño buda y elementos que se encuentren en la naturaleza como caracoles, piedras, plantas. Crear un pequeño altar con aquellos objetos que a cada uno le inspiran ayuda a crear un ambiente adecuado para meditar.

Los olores que percibes estimulan al cerebro. Los más recomendados para meditar son lavanda, manzanilla, palo santo o inciensos naturales que inducen a ese estado de relajación mental que buscas con la meditación.

La iluminación de las velas es sugerente e invita a la calma. Así que agrupá varias velas sobre una bandeja y encendelas cuando vayas a sentarte a meditar. Aunque tengas los ojos cerrados, ayudarás a tu mente si no sientes demasiada luz en la habitación.

Aunque la iluminación debe ser, preferiblemente, tenue a la hora de meditar para ayudar a la relajación y a que el cuerpo se entregue al estado de meditación, no significa que siempre tengamos que hacerlo a la luz de las velas. Una lámpara de luz cálida también sirve. Podés rebajar la intensidad con reguladores o colocando un pañuelo sobre la pantalla –siempre asegurándote de que la tela no entre en contacto directo con la lamparita para evitar accidentes-. ¿Te relaja la luz natural? Deja que llegue tamizada o directa al rincón.

Crear un rincón de meditación en casa significa tener un lugar especial solo para ti, que te ayudará a integrar en tu vida el hábito de meditar. Pero, aunque no practiques la meditación como tal, tener un espacio con características concretas para relajarte, te obligará a parar, a dedicarte unos minutos y a practicar el mindfulness, que no es ni más ni menos que saber qué pasa dentro y fuera de ti. Ahora ya podés cerrar los ojos y buscar la respiración consciente: inhalar, exhalar, inhalar, exhalar…